Vivamos en Navidad
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Si al llegar la Navidad,
no sientes el corazón
latir con intensidad
latir con intensidad
y con mayor ilusión,
algo falla y es muy triste.
Has perdido la alegría,
y todo cuanto creíste
que era lo que mas valía
lo has dejado arrinconado.
Quizás no te diste cuenta,
pero acaso se ha alejado
de tu pecho y no calienta,
ese rincón escondido,
donde están las ilusiones,
que todos hemos sentido
en distintas ocasiones.
Despierta y vuelve a mirar
como cuando eras un niño,
deja tu mente volar,
deja que encuentre cariño,
que se llene de alegría,
que se olvide de tristezas...
¡oh, que bonito sería
borrar de nuestras cabezas
las dudas, los sinsabores,
el trabajo y los dineros!
Ser niños, en los albores,
de esos años placenteros,
en donde la Navidad,
conservaba ese sentido
de vivir en la verdad,
no con engaño fingido.
Deja a tu imaginación
que retorne alegremente
a sentir esa ilusión
que hace vibrar a la gente,
ese es el fin primordial
que Dios nos trajo al nacer,
sentir su esencia vital
que es perdonar y querer.
Y al desear a la gente
amor y felicidad,
decirlo sinceramente,
de corazón, de verdad,
poniendo con alegría
sentimiento verdadero...
¡que no hay Navidad vacía
cuando hay cariño sincero!