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sábado, 18 de julio de 2009

Décimas a mí padre.

Tenía yo catorce años cuando mí padre murió. Hoy, con muchos años más que el, (murió a los 52) cuando le recuerdo -y es a menudo- le sigo viendo con mis ojos de niño. No voy a decir como era. Espero que estas décimas escritas en su recuerdo, sean capaces de explicar como era, cuales eran sus sentimientos... y cuales son los mios al recordarle. Gracias por leerlas.
Décimas a mí padre
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Pausado en su caminar.
Sereno en sus decisiones.
Mas bien parco en ambiciones.
Siempre reacio a juzgar.
Sobrio quizás para amar,
pero firme en sus quereres.
Siempre fueron sus placeres
sencillos y controlados.
Tan sencillos como honrados,
porque fueron sus deberes.
Severo, mas razonable.
Siempre dispuesto a ceder,
pues consideró un deber
la virtud de ser amable.
Trato sencillo, agradable,
porque al no ser ambicioso,
se suele ser bondadoso.
Fue amable y considerado
y por todos reputado
de hombre cabal y juicioso.
Liaba con su librito
tabaco de cuarterón.
Vino de bota, o porrón
mas que vino de garito
Tenía el vicio bendito
de la lectura constante.
era de la casa amante
y con ideales fijos:
Luchar con fe por sus hijos
y sacarlos adelante.
Nos enseñó que el deber
es lo primero de todo.
Y que el trabajo es el modo
mas honrado de comer.
Que nunca has de apetecer
mas, que aquello pudieres.
Que hay derechos y deberes.
Y que hay que saber cumplir
para poder exigir.
Así eran sus pareceres.
Socarrón sin ofender.
Risa, mas que risotada.
La palabra, mesurada,
pero haciéndola valer.
A pesar de padecer,
nunca le oí blasfemar...
¡tampoco le oí rezar!
pero es verdad bien sabida,
que la oración mas sentida...
¡solo Dios la ha de escuchar!
Diligente... ¡como no!
para tender una mano.
Y siempre se sintió ufano
de la tierra en que nacio.
Allí vivió, allí murió.
Sin viajes de placer
que le llevaran a ver
ampliados sus horizontes.
Fue lo mismos que los montes
que nadie puede mover.
Hoy por eso al recordarle
por todo cuanto nos dió,
quiero dedicarle yo,
orgulloso de admirarle,
algo que habría de agradarle:
Unas décimas siquiera
que de manera sincera
canten su forma de ser,
su entrega... y ese querer
que con largueza nos diera.
Este poema fue primer premio en el "Certamen 450 aniversario de Cervantes" de Esquivias el 12 de septiembre del año 1997.
Pertenece a mí libro Entre renglones.
(Mí padre murió un martes 13 de Mayo de 1958. En el año 1997 coincidió también el 13 de Mayo en martes y ese día como un homenaje a mí padre, escribí este poema).

lunes, 13 de julio de 2009

Para que nunca muera su memoria

Como hace mucho tiempo que no se actualizan mis blog, a pesar de haber editado varias entradas, voy a publicar esta solo como prueba.
Para que nunca muera su memoria
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Porque yo se que aquellos que murieron
se pierden en el tiempo y el olvido,
quiero tener a orgullo haber querido
para que nunca mueran los han sido
mi sostén... los que bien me quisieron.
Y nunca he de olvidar que fue su vida
el árbol en que yo me cobijaba.
Era su savia savia que me daba
la vida que vivía. Desprendida,
llena de amor a mi se me entregaba.
Para que no termine en el olvido,
yo le hablaré a mis hijos de su historia.
Que sepan del amor que he recibido.
Que sepan del amor que yo he sentido.
Que sepan que venero su memoria.
De mi libro Entre renglones.