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jueves, 20 de octubre de 2011

¡Tú nos tienes compasión!_____________________________

Llevaré siempre en mi mente
el amor que me inculcaron
mis padres, que me enseñaron...
¡y lo tengo bien presente¡
que para entrar en la Gloria
y el cielo de cerca ver...
solo hace falta querer
al Cristo de la Victoria.
Y como en aquellos días
cuando era un niño pequeño,
le tengo con alegría
para que vele mi sueño,
justo delante de mí,
en la pared que hay enfrente;
le miro y me siento así,
mas limpio, mas inocente.
Porque veo en su mirada...
-como mi madre decía-
tanta pena acumulada...
tanto amor... que se diría
que no sintiera el dolor,
que de sus ojos saliera
solo pesar... y un dulzor
impregnado de ese amor
que por nosotros sintiera.
Corre sangre generosa
que le llena dulcemente
su cuerpo... ¡llaga viviente!
y su mano, que reposa
en gesto claro, amoroso,
en su pecho con ternura,
nos ofrece con dulzura
su corazón generoso.
Yo le miro embelesado
y pienso con emoción,
que El, herido y magullado,
escupido y azotado...
¡aún nos tiene compasión!





J. F. Bravo Real
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