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jueves, 27 de agosto de 2009

Cálida luz

La mole rocosa de la sierra serradillana cortada por el arroyo de la Garganta
El río Tajo visto desde el castillo de Monfragüe.
Estas imágenes son de los entornos de Serradilla. Esos lugares maravillosos donde solíamos jugar de niños y a los que siempre recordaré con cariño.

Cálida luz
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Cálida luz sobre los campos fríos.
Reflejos luminosos van llenando
los ocultos rincones de la sierra...
los rincones aquellos que yo amo.
Y al inundar la luz los campos fríos
su calor llenará de nueva vida
los campos que el otoño desvistiera
y otra vez habrá flores y alegría.
Cálida luz, calienta generosa
los campos tan queridos de mí tierra...
los prados... el egido... las encinas...
los olivos añosos de la sierra.
Todo aquello que un día ya lejano
recorrí tantas veces en mis juegos...
todo aquello que fuera tan querido
y que sigue llenando mis recuerdos.
Un tropel de emociones me atenaza
al recordar las casas encaladas
y los juegos antaño bulliciosos
sobre las limpias calles empedradas.
Y mí pecho se ensancha con orgullo.
Y se impregna mí alma de nostalgias.
Y se enturbian mis ojos dulcemente
al evocar la tierra tan amada.
Cálida luz, cuando al llegar el día
despiertes a las gentes de mí tierra,
diles que yo, lejano en la distancia,
los siento de verdad... ¡cerca! ¡muy cerca!
Tan cerca... tan real y tan amada...
que a veces, hasta creo que a su lado
sigo viviendo...¡si! ¡tanto la añoro!
¡tan grande es el amor que la consagro!
Y en un rincón perdido guarda mí alma...
-refugio del amor que nunca muere-
la capillita blanca y su campana
con la tristeza fría en sus paredes.
Cálida luz, calienta esas paredes
del pequeño y querido camposanto
donde reposan en descanso eterno
los cuerpos de mis seres mas amados.
El tronco de esa casta que es la mía.
El tronco del que ayer me alimentara.
Un tronco generoso... ¡ya abatido!
¡tronco querido del que yo fuí rama!
Lleva calor también a aquella hermana
cuyos restos descansan junto a ellos...
la mas pequeña fue... ¡la mas amada!
¡la que vive en mis intimos recuerdos!
Se fue un día lejano, como el ave
que emigra lejos al llegar el frío...
olvido su camino de retorno...
y nunca regresó al querido nido.
Dales ese calor que en la distancia
guarda en mí pecho su savia generosa.
Dales... cálida luz, el dulce beso
que en sueños... ¡tantas veces da mí boca!
Este poema obtuvo el segundo premio en el "Concurso Villa de Esquivias" en Diciembre de 1998 y puedo asegurar que es uno de mis preferidos.
Pertenece también a mí libro Entre renglones.

10 comentarios:

sara dijo...

Precioso Juan. Tus poemas me encantan. Eres un gran artista!!

MIl besoss

Sara

Juan Francisco dijo...

Hola Sarita, bienvenida. He pasado esta mañana y te he dejado un comentario en la tercera parte, pero no le veo.
Oye, este poema, como casi todos los que escribo son una parte muy importante de las cosas que he vivido e incluso de las que voy viviendo, porque sigo escribiendo con la misma ilusión. Un beso Sara y seguimos leyéndonos.

Thony Caro dijo...

JUAN ERES FANTASTICO COMO RECREAS ESOS LUGARES QUE MARCARON PARA TI ESA DULZURA DE PODER SOÑAR.-
LAS IMAGENES PRECIOSAS.-
UN GRABN ABRAZO

Juan Francisco dijo...

Hola Thony soñar es hermoso, siempre que, como decía mí madre, sigamos manteniemdo los pies en la tierra. Las fotos son de la zona que ocupa el Parque Nacional del Monfragüe, algo espectacular. ¿Quien no se inspira viendo estos parajes?. Un abrazo, Thony, y seguimos en contacto. Juan

Marta dijo...

Querido Juan: si eres amigo de Victoria, eres amigo mío... Y si eres poeta, ya eres te has ganado todo mi aprecio y mi respeto, porque no hay cosa que ame más en el mundo de las letras que la poesía, desgraciadamente, fuera del alcance de mis manos, por más que lo intento... Pero fui dotada para la prosa, en la que me desenvuelvo más que bien, y con ello me conformo, aunque de vez en cuando, algún sentimiento intenso, logra sacar de mi corazón algún poema interesante que tengo guardado con gran amor...

Gracias por tus felicitaciones, aunque, si te soy sincera, me duele ya la espalda de cargar tanto años tan sufridos, pero estoy contenta de haber llegado a dónde he llegado con una sonrisa en la boca y las sandalias rotas de tanto haber caminado...

Quédate, porque estás invitado al DÍA DE FIESTA que, en cuanto termine de contestar al resto de los comentarios, empezaré a celebrar con todos los que se apunten...

Angeles dijo...

Muy bello poema, guarda el sentir de la tiera, ese que habita en todos nosotros, paisajes e historias que más allá del tiempo siguen alimentando nuestra vida.
Hermosas tus palabras y la imágenes.
Gracias por compartir tanta belleza.
Besos:)

Juan Francisco dijo...

Hola Angelet, gracias por tu visita y comentarios, se bienvenida. Y no te quejes de los años, que te saco muchos y espero seguir dando guerra mucho tiempo. Te reitero mi felicitación y que cada año que pases sea mejor que el anterior. Seguiremos visitándonos. Un abrazo. Juan.

Juan Francisco dijo...

¿Que sentido tiene la belleza si no la compartimos, Ángeles? Me alegro que te hayan gustado los rincones de mí tierra y las palabras con las que he intentado describirlas. Un abrazo de corazón. Juan.

Mª Teresa Sánchez Martín dijo...

Qué bella tu tierra, que hermosos tus recuerdos, qué bonito tu poema.

Un abrazo
Teresa

Juan Francisco dijo...

Teresa, mí madre leía un poema que siempre ha tenido en mí corazón un rinconcito reservado. Es de un argentino llamado Baldomero Fernández Moreno y se llama Recuerdos de infancia. Dice así:
Madre, la torre mas alta
del mundo es la de aquel pueblo.
La torre de aquella iglesia
hunde su cruz en el cielo.
Dime madre... ¿hay otra torre
mas alta en el mundo entero?
-Esa torre solo es alta
hijo mío, en tu recuerdo.
Tu brazo de siete años,
alcanzaba sin esfuerzo
una piedar a sus campanas...
¿te acuerdas hijo?... -Me cauerdo...
¡Pero la torre mas alta
del mundo es la de aquel pueblo!
Yo se que los paisajes de mí pueblo no son los mas hermosos pero en mí corazón me gusta verlos así. Abrazos Teresa.